Los peces me están construyendo mi casa

Son las 6 de la mañana y el sol está en lo alto, la marea ha bajado en el estero de la comunidad Venecia, ubicada a 90 kilómetros de la ciudad de El Viejo, Chinandega, en el occidente de Nicaragua. Arely Flores Manzanares, está apurada alistándose para iniciar turno de cuido en la granja de engorde de pargos lunarejos en jaulas flotantes.

Ella es una de las pocas pescadoras artesanales en un sector representado en su mayoría por hombres. Esta vez lleva a su niño de 6 años con ella. El turno inicia a las ocho de la mañana y finaliza al día siguiente, son 24 horas de trabajo y cuido. El desayuno lo harán en la granja.

Las 4 jaulas flotantes que conforman la granja de pargos, está ubicada a 2 kilómetros de su casa, deberá caminar unos 1,800 metros hasta llegar a la orilla para tomar un pequeño bote donde solo alcanza ella sentada. A pocos metros se miran las jaulas.

Arely desde pequeña conoce el mundo de la pesca artesanal, ya que ha sido la principal fuente de ingresos en el hogar; pescar lo aprendió de su papá. En los últimos años la pesca se ha visto reducida por el cambio climático, el uso de bombas o redes prohibidas, pues cada vez deben ir más lejos por los peces.

Hace 4 años, un amigo de la comunidad la invitó a participar en un proyecto de cultivo de pargos lunarejos en jaulas flotantes sobre estero, a lo que no dudó en involucrarse, “vi que era una alternativa diferente de la pesca tradicional, menos perjudicial para nosotros y la naturaleza”.

Actualmente, está organizada en la Cooperativa Abraham Moreno, junto a otras/os pescadoras/es de la comunidad. Fundación LIDER y Amigos de la Tierra, los han apoyado a nivel organizacional y a legalizarse antes las instancias gubernamentales.

Desde que comenzamos a trabajar con LIDER, ellos nos capacitaron para el manejo de la tecnología y el establecimiento de una granja para el engorde de peces. Sin embargo, algunos familiares creyeron que estábamos perdiendo el tiempo, que era un trabajo que no generaba ingresos al instante, un trabajo muy pesado. La mayoría no estaba de acuerdo con que yo trabajara en este proyecto ni con varones”.

Y es que la mayoría de las mujeres en Venecia se dedican a labores de cuidado en el hogar, los niños y ancianos; pocas salen a conchar. La participación de la mujer estaba casi inexistente en los espacios de toma de decisión y eran liderados solo por hombres. Arely no estaba de acuerdo con eso.

Para ello, se dedicó a vencer su timidez, aprender todo lo que le daban en los talleres y a hablar en público delante de sus compañeros, aunque estuviera muy nerviosa, “ahora domino todo el trabajo de la granja, sé cuándo el pescado está bien para la jaula (engorde) o dejarlo ir; puedo tallar los peces solo viendo y decir que son de ¾ o ½ libra”.

No solo domina la tecnología del cultivo de pargos, también está al frente de la parte financiera de la cooperativa, apoya la junta de vigilancia y realiza las asambleas comunitarias.

Su buena participación la ha llevado a fortalecer más sus conocimientos. LIDER junto a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, León (UNAN-León), la seleccionaron para capacitarla en el monitoreo de cuerpos de agua, una actividad realizada hasta hace poco por técnicos profesionales o especialistas.

 “Nunca pensé que podía formarme en una universidad. Con ellos aprendí a medir los parámetros físico – químicos del agua, tomar muestras y trasladarlas al laboratorio, usar el microscopio, identificar enfermedades en los peces, provocadas por virus, bacteria y parásitos, los tipos de algas rojas perjudiciales para nuestro cultivo”.

Y es que Arely se convirtió en la primera monitora de cuerpos de agua en el Golfo de Fonseca, gracias al proyecto “Promoción del desarrollo socioeconómico integrado, inclusivo y sostenible del sector agrícola y pesquero en Chinandega, Nicaragua”, financiado por el Gobierno de La Rioja.

El proyecto está contribuyendo al desarrollo socioeconómico del sector agrícola y pesquero de 7 municipios del departamento de Chinandega, haciendo que las pescadores/as y productoras/es sean resilientes al cambio climático y la crisis sanitaria de la COVID-19, con la participación activa de las mujeres.

Con las capacitaciones de género aprendí que yo puedo, que no es nada difícil. Lo que pasa es que creemos lo que nos dicen (los hombres), que no podemos, que somos frágil y algunos hombres no dejan que conozcamos y manejemos las tecnologías”.

La COVID-19 les causó pérdidas en el ciclo productivo 2019 y 2020. Este año se están recuperando gracias al acompañamiento de Fundación LIDER, Amigos de la Tierra La Rioja, el Instituto Nicaragüense de la Pesca (INPESCA), el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (MARENA) y la Alcaldía de El Viejo.

Los pargos me están dando el sustento diario, le doy a mi mamá, y estoy empezando a comprar material para construir mi casa. Quiero tener mi casa y darle una mejor vida a mi hijo”.

Así como vive del estero, también le retribuye con acciones de conservación. El pasado mes de octubre junto a seis compañeras/os realizaron una jornada de reforestación del bosque manglar en la zona de Jiquilillo y Los Zorros del Área Protegida Estero Padre Ramos.

Sembramos 7 mil candelillas de mangle, desde las ocho de la mañana hasta medio día, porque debemos cuidar el estero que nos alimenta y nos permite tener ganancias para nuestras familias. Además, hacemos limpieza de playa, no usamos bombas, cuidamos el estero de otras personas y hasta hacemos denuncias”.

La cooperativa ha iniciado el manejo de padrotes en la granja, los que desovarán millones de larvas que repoblarán la especie y serán capturados para seguir con el engorde peces. Fundación LIDER, junto a la UNAN-León y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) de Cuba, están capacitando a otras 4 cooperativas de Aserradores y Padre Ramos.

A pesar de las pérdidas económicas, la crisis sanitaria y los efectos del cambio climático, Arely está muy clara de lo que quiere, “sueño con que tengamos un camión para recoger la cabeza de camarón para alimentar los peces, que la cooperativa sea como una empresa y genere empleo a las/os socias/os y a la comunidad, tener más jaulas y crear nuevos productos con valor agregado para venderlos a precio justo en los mercados locales y nacionales”.

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